Según las investigaciones en el área de la salud mental, todas necesitaremos en algún momento de la vida tratamiento para manejar alguna condición de salud mental.
Ninguno de nosotras estará exento de sentir síntomas de ansiedad o depresión. Nadie es tan fuerte como para alegar que nunca tendrá que visitar a un profesional de la salud mental.
Sin embargo, la sociedad parece poner barreras con el estigma social y los prejuicios, que aún persisten en el 2020. Una gran parte de la población no busca ayuda por temor al qué dirán, a ser marginados o ser llamados por epítetos como “le falta un tornillo”, “está loca”. Eso limita.
Algunas personas no pueden reconocer el alto costo emocional de no buscar ayuda a tiempo. Los síntomas de depresión o ansiedad, el sufrimiento y los problemas se pueden agudizar con el pasar del tiempo y, al no solucionarse a tiempo, terminar con un gran impacto sobre la persona.
Este año 2020, ha sido uno de grandes retos para Puerto Rico. El año comenzó con los terremotos en el suroeste (aún hay sectores de la población que continúan viviendo los temblores con mayor o menor intensidad). Las personas más expuestas a estas experiencias pueden llegar a sufrir algún tipo de trastorno de ansiedad. Como sabemos un desastre natural de esta magnitud puede causar síntomas emocionales que impactar el entorno familiar, laboral y social.
Ahora la pandemia del COVID-9 ha provocado miedo, preocupación y estrés en la mayoría de los ciudadanos. Estas son respuestas emocionales ante la incertidumbre y los cambios que ha generado en nuestra vida diaria. Muchos realizan su trabajo desde la casa, les falta el contacto físico con la familia y con las amistades o supervisan la educación de los niños a distancia. Estos son cambios que ayudan a frenar la propagación del virus, pero que también afectan la estabilidad emocional y la salud mental.
¡La prevención es posible! La intervención temprana puede disminuir la sintomatología de la depresión y la ansiedad, la conducta agresiva y el uso de sustancias controladas.
No hay que vivir con dolor emocional, con tristeza y preocupación constante. Hay alternativas para manejarlo de forma correcta. En el Hospital San Juan Capestrano queremos cuidar de ti y de tu familia.
¿Cómo te podemos ayudar?
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